La sexualidad es un tema delicado entorno al que surgen muchas dudas, miedos, creencias y mitos. En este blog vamos a abordar algunos de los conceptos teóricos básicos y vamos a resolver algunas dudas que nos suelen llegar a la consulta sobre cómo tratar estos temas con niños y adolescentes.
Los seres humanos somos seres sexuados y por lo tanto tenemos órganos sexuales, pero en este blog no hablaremos de la genitalidad (comprende órganos sexuales y reproductivos), sino de la sexualidad.
¿Qué es la sexualidad?
Según la definición propuesta por la OMS, la sexualidad se define como “un aspecto fundamental de la condición humana, presente a lo largo de la vida que abarca el sexo, las identidades y los roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. La sexualidad se vivencia y se expresa por medio de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, funciones y relaciones. Si bien es cierto que la sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no todas ellas se vivencian o expresan siempre. La sexualidad recibe la influencia de la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, legales, históricos, así como religiosos y espirituales”.
La sexualidad está presente durante todo nuestro desarrollo, y como nosotros, está en constante evolución.
¿Problemas de comportamiento? ¿Conductas sexuales? ¿Masturbación infantil?
Muchos padres contactan con nuestro gabinete preocupados porque han observado conductas sexuales en sus hijos. A continuación, veremos qué esperar y cómo actuar ante estas conductas o comportamientos infantiles.
La etapa evolutiva que comprende desde los 3 a los 5 años se caracteriza por una curiosidad extrema y una apertura muy grande hacia la adquisición de nuevos aprendizajes y hacia la experimentación de nuevas sensaciones, sabores, olores… Es por esto por lo que los niños en esta etapa pueden comenzar a explorarse mediante la estimulación de sus propios cuerpos y a descubrir sensaciones más o menos placenteras. Desde un punto de vista adulto a veces llamamos erróneamente a estas practicas “masturbación”. Esta atribución es errónea puesto que la masturbación está relacionada con el erotismo y la sensualidad y suele tener como objetivo el alcanzar el orgasmo. Sin embargo, en los niños nos encontramos que las practicas de estimulación buscan exclusivamente la obtención de una sensación corporal placentera.
¿Cómo actuar ante estas conductas?
Con naturalidad, este tipo de comportamientos es muy común entre niños de 3 a 5 años, y forma parte de su desarrollo. A pesar de esto sí que hay ciertos límites que tenemos que dejar claros para ayudar a los niños a desarrollar su sexualidad de forma sana.
En primer lugar, cuando se dan este tipo de conductas, los cuidadores principales deben explicar al niño (sin culparle o regañarle) que los genitales son zonas que sólo se puede tocar uno mismo en un ambiente seguro y privado.
¿CÓMO PUEDO HABLAR DE SEXO CON MIS HIJOS? ¿CÓMO LE HABLO SEXUALIDAD A MIS HIJOS?
- Hablar con calma y naturalidad. La sexualidad es una dimensión que forma parte del desarrollo sano de nuestras vidas.
- Nombrar a los genitales por su nombre (Nombrarlos de otra manera puede fomentar la idea de que hay algo de lo que avergonzarse u ocultar)
- No culpar ni regañar cuando un niño/niña expresa curiosidad sexual. En lugar de eso, podemos aprovechar la oportunidad para hablar sobre ello, y ser una fuente de información fiable para nuestros hijos/as. (De no ser así podrán intentar resolver sus dudas en fuentes menos confiables (Internet, videos, amigos…)
- Enseñar y fomentar tareas de autocuidado. Cuando los niños estén preparados fomentar conductas autónomas de autocuidado (vestirse, desvestirse, bañarse, limpiarse…) poco a poco irán haciéndose conscientes y responsables de las necesidades de su cuerpo.
- Hablar sobre el respeto a su cuerpo. Nadie puede tocarles en sus zonas íntimas si ellos no dan su consentimiento. De igual manera, ellos deberán respetar la voluntad de los demás con respecto a sus propios cuerpos.
En próximos blogs seguiremos tratando este tema y os explicaremos qué comportamientos infantiles precisan de una intervención por parte de un psicólogo.