Aliara Psicología Centro de Psicología en Madrid

En nuestro día a día con nuestros pacientes esta es una frase que escuchamos a menudo:

“No soy capaz de controlar mis emociones ¿Qué puedo hacer para no enfadarme ante esta situación? Y frecuentemente nos encontramos frente a esta pregunta ¿Las emociones se pueden controlar? Ante esto habría que reflexionar: ¿Puedes elegir ante qué aparecen? ¿Cuándo? ¿Con qué frecuencia o intensidad? ¿Su duración?

La respuesta ante estas preguntas suele ser no.  Es entonces cuando comenzamos a frustrarnos, ¿Qué podemos hacer? ¿Estamos entonces a merced de nuestras emociones?

Las emociones no se pueden controlar, pero sí se puede aprender a gestionar cómo las expresamos. Hay muchos factores que influyen en que seamos más o menos capaces de gestionar nuestras emociones de manera saludable y adaptativa. Algunos de los factores más importantes son los siguientes:

Mi historia de aprendizaje

-El comportamiento que han tenido conmigo mis modelos o figuras de referencia: ¿Qué hacían mis padres, profesores, amigos y familiares cuando demostraba x emoción?)

Mi capacidad de autorregulación: ¿Cómo me han enseñado a mí a regular mis emociones?

El temperamento

– Entre otros…

Según cómo yo me haya ido desarrollando y el papel que hayan tenido en mí todos estos factores puede que yo haya aprendido que las emociones son algo:

  • Que tengo que evitar. En este caso voy a intentar no sentir buscando distracciones, evadiéndome con sustancias o poniendo en práctica conductas de riesgo.
  • Que utilizo de manera instrumental. He aprendido que cuando me comporto así; la gente me suele prestar más atención, los demás hacen lo que quiero, evito situaciones desagradables…
  • Que tengo que reprimir. Que yo exprese mis emociones es algo peligroso que puede dañarme a mí, a los demás o que puede hacer que los demás tengan el poder de dañarme, así que, “mejor me callo”.

Todas las emociones son importantes y todas nos ayudan a hacer frente a diferentes situaciones. Pero, si éstas nos inundan, nos bloquean, nos hacen sentir inseguros, no son adaptativas, es decir,) no corresponden a una situación que se está dando en el presente sino experiencias pasadas. O, si existe un malestar recurrente, sería conveniente que se pidiese ayuda profesional.

Este profesional te acompañará en el proceso de descubrir de dónde procede tu malestar, que conductas pensamientos lo mantienen, qué pueden estar significando tus sensaciones físicas y cuáles son tus necesidades. Es entonces, cuando podrás comenzar a conocerte de una manera más profunda y aprender a gestionar tus emociones de una manera más adaptativa. 

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