En psicología insistimos mucho en el apego y en su importancia, pero ¿qué es el apego?
El apego es el vínculo afectivo y estable que se establece entre el cuidador principal y el niño afianzándose entre los 0 y 18 meses. Esta relación se basa sobre todo en como el cuidador lee las necesidades básicas del niño (comida, sueño, dolores, cariño, deja que el niño explore, le calma…), se adapta y las satisface.
¿Por qué es importante saber nuestro estilo de apego?
Porque son nuestras primeras relaciones, por lo que nos enseña a saber qué esperar del mundo y de las personas que lo habitan. Eso es como si de alguna manera se nos quedara registrado y este patrón aprendido nos va a influir en las futuras relaciones que establezcamos. Además, nos ayuda a entender cuáles son nuestras necesidades en las relaciones y de dónde vienen.
Tipos de apego:
–Apego seguro: personas que se han criado en un clima donde sus cuidadores han podido adaptarse a las necesidades que tenía de pequeño y le han permitido explorar el ambiente sabiendo que ellos están ahí si necesita volver a su lugar seguro. Son personas que se relacionan desde un lugar seguro, no experimentan altos niveles de preocupación o ansiedad porque han aprendido a regularse emocionalmente gracias a sus cuidadores. No perciben las relaciones íntimas como peligrosas, porque ven al otro como alguien incondicional, que no va a fallarnos, igual que a ellos no les fallaron de pequeños.
–Apego evitativo: se han criado en un entorno en el que su cuidador no ha satisfecho sus necesidades o no se ha adaptado a lo que demandaban por negligencia o ausencia. Suele ser un perfil de personas que perciben las relaciones íntimas como un terreno peligroso y por ello tienden a evitarlas “es mejor estar solo”. Se centran en relaciones más frías, que requieran menos vinculación o compromiso. También tienden a evitar sentir sus emociones, ya que al igual que las relaciones las perciben como peligrosas.
–Apego preocupado: personas que se han criado en un ambiente donde sus cuidadores le han transmitido que el mundo puede ser peligroso. Suelen ser cuidadores que les resulta muy difícil dejar que su hijo explore el mundo y adquiera autonomía y aparecen comentarios como “ten cuidado”, “no mejor no vamos a probar eso por si acaso”, “ya lo hago yo por ti”. Suelen ser personas muy preocupadas y ansiosas, realizan comprobaciones constantes para eliminar la sensación de incertidumbre y para intentar lidiar con el miedo que sienten a que les abandonen. Necesitan la aprobación de los demás para percibir que hacen las cosas bien. En las relaciones suelen tender a demandar mucho al otro y preocupándose por saber si están bien en la relación.
–Apego desorganizado: se han criado en un ambiente negligente, de maltrato o donde la persona de apego no es estable en los cuidados del menor. Como indica el propio nombre del estilo de apego, son personas internamente muy desorganizadas y dañadas. Tienden a la preocupación y evitación y a buscar que desde fuera les organicen o regulen, ya que ellos mismos no son capaces de hacerlo. A su vez tienden a ser contradictorios, porque cuando se encuentran en una relación íntima tienden a oscilar entre la angustia y la evitación.
Si quieres saber más sobre los estilos de apego puedes ponerte en contacto con nosotras o acceder a nuestras publicaciones en redes sobre el apego.