La menstruación en las mujeres, además de conllevar una gran cantidad de cambios hormonales, lleva asociado un significado importante que marca diferentes etapas vitales y que a nivel psicológico tiene un gran impacto. Cuando llega la primera menstruación, aparece una etapa en la que es muy común que la chica “se sienta mujer”, es un duelo repentino en el que la niña deja de ser una niña y empieza a ser una mujer. Lo mismo ocurre con la menopausia, solo que en este caso, sentimos que dejamos atrás la etapa fértil a otra etapa más asociada a la vejez. En este blog vamos a tratar cómo afecta psicológicamente la menopausia a las mujeres.

El inicio de la menopausia hace que las mujeres presenten muchos síntomas que ya de por sí suponen un duelo y malestar: Sofocos y sudores nocturnos, palpitaciones, descalcificación de los huesos debido a los cambios hormonales, cambios metabólicos que hacen que las mujeres sean más propensas al incremento de grasa corporal, bajada de la libido sexual y cambios en el estado de ánimo como consecuencia de los cambios hormonales.

Pero además, aparte de toda la sintomatología directa provocada por la llegada de la menopausia, como decíamos al inicio del blog, la menopausia lleva asociada un significado de cambio de etapa de gran impacto psicológico. Y asimismo, biológicamente y por edad suele coincidir con otros momentos vitales importantes que varían según cada persona y que también implican un duelo.

Por un lado, suele coincidir con una etapa por edad en la que si tienen hijos, éstos están en etapas entre la adolescencia (la cual es una etapa de diferenciación de los padres con los hijos que también es complicada) hasta una etapa en la que los hijos están en proceso de independencia, lo cual ya de por sí implica una adaptación a la situación nueva en la que los hijos ya no están presentes de la misma forma y que además el cambio de etapa de ellos también nos conecta con nuestro propio cambio de etapa.

Por otro lado, es un momento en el que los padres ya necesitan cuidados por el envejecimiento, lo cual implica asumir también el paso de los años de una misma pero también de nuestros padres, teniendo cada vez más necesidades médicas y se vuelven más dependientes a nivel de cuidados.

También es común que en muchos casos coincida con la prejubilación, la cual también se asocia a la etapa de la vejez. Y además, los cambios corporales que se producen que hemos comentado anteriormente también afectan a la autoestima y a verse menos jóvenes por la forma que va desarrollando el cuerpo.

Si estás en este proceso y sientes que necesitas acompañamiento emocional, no dudes en pedirlo.

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