Tras el taller que realizamos sobre apego y pareja vimos la importancia de hablar sobre lo que sucede bajo los conflictos sociales, ya sean de pareja, con amigos, con familia…
Cuando tenemos un conflicto con otra persona, muchas veces saltamos y contestamos a las palabras que el otro nos dice, o no respondemos pero sentimos dolor ante lo sucedido.
Antes de profundizar en esto, es importante saber que cuando nos embarcamos en una relación con otro, en este contacto se exponen experiencias vividas, aspectos del apego con nuestros cuidadores principales, relaciones anteriores, etc. Y todo esto influye y aparece de forma más o menos consciente. Es como si cada persona llevara su mochila con sus experiencias y cuando está en contacto con el otro hay momentos en los que aparecen.
Por lo tanto, cuando surge un conflicto en cualquier relación, aparecen emociones de manera involuntaria e innata por esta mochila que lleva cada uno. Ante esto, el primer paso sería saber con qué estoy conectando, es decir, poder ser consciente de que tras esa discusión o conflicto yo he conectado con algo que me ha dolido. Por ejemplo, en una situación de celos donde el chico le dice a su pareja que va a quedar con una amiga a solas, y la chica de repente se pone hecha una furia y empieza a discutir con su pareja. Este enfado que se produce de forma involuntaria, tiene relación con cosas del pasado de esta chica, con la confianza que deposita en el otro, con cómo se ha relacionado ella con parejas anteriores o con sus cuidadores cuando era pequeña, etc.
El segundo paso sería poder poner nombre a aquello que estoy sintiendo, es decir, si he conectado con la emoción de tristeza, poder decir de manera consciente, me estoy sintiendo triste tras este conflicto por esta experiencia mía previa. Por ejemplo, partiendo del mismo ejemplo que antes, en este paso sería que la chica pudiera identificar que se siente enfadada porque ha tenido relaciones anteriores de infidelidades y tiene miedo a que vuelva a suceder y a poder quedarse sola o abandonada.
El tercer paso iría encaminado a la comunicación, cómo trasladamos esto que nos pasa al otro, para que así nos pueda entender y se pueda clarificar qué sucede debajo de ese conflicto de pareja. Sería poder comunicar que cuando él ha dicho que iba a quedar con una amiga, ella se ha enfadado porque tiene miedo a que pueda volver a pasar aquello que le pasó en otra relación. Tiene miedo a quedarse sola, a que le abandonen.
Todos estos pasos en sí mismos son complicados de realizar y requieren un esfuerzo consciente y constante para poder realizarlos de manera correcta. Es decir, si no ponemos ese esfuerzo de ver qué está pasando debajo de todo esto, no va a aparecer por sí solo. Por ello, este encadenamiento se trabaja mucho en terapia, ya que en el espacio terapéutico se puede expresar, reexperimentar, recolocar y hacer consciente qué me está sucediendo y de donde puede venir esto y cómo puedo expresarlo para tener una relación más sana y clara.