¿Tienes la sensación de que tu hijo se despierta constantemente durante la noche y le cuesta mucho volver a dormir? Esta es una realidad con la que se encuentran muchos padres y madres, y es una situación muy frustrante porque cuando los niños son pequeños, no saben hablar para poder expresar lo que ocurre desde el lenguaje, o aunque lo hayan desarrollado no saben identificar lo que ocurre.
Las dificultades en el sueño son un síntoma que manifiesta un malestar interno (ya sea físico o emocional). Por ello, es importante identificar su origen y en caso de que sea físico poner un remedio a nivel orgánico.
El bebé necesita tener un sentimiento de seguridad para poder descansar. Esta seguridad, los niños la ganan a través del vínculo con las figuras de apego. Necesitan constantemente su presencia (aunque no sea física en todo momento) para sentir que si les necesita le van a calmar y proteger. En los siguientes apartados os contamos dos de los factores más frecuentes que hacen que a los niños les cueste conciliar el sueño y algunas herramientas para poder ayudarles en estos casos.
Por un lado, es posible que exista algún miedo que haga que el niño no se sienta seguro o tranquilo. Existen diferentes miedos evolutivos según la edad que pueden aparecer durante la noche (oscuridad, monstruos, fantasmas, etc.). Identificarlos nos va a permitir calmar al niño con mayor facilidad y darle herramientas. Por ejemplo, dejando una luz encendida en caso de que tenga miedo a la oscuridad; o en caso de que tenga miedo a los monstruos, durante el día podéis imaginar cómo podría destruir a los monstruos a través de juegos (imaginando que tiene superpoderes que lo destruya, o dibujando a los monstruos y viendo cómo se los podría imaginar de una forma que de menos miedo). Esto le va a ayudar al niño a exteriorizar y poner palabras a su miedo con nuestra ayuda, y además poco a poco va a desarrollar las herramientas que necesita para poder atravesar el miedo con mayor seguridad.
Otro factor frecuente que hace que los niños tengan dificultades para conciliar el sueño es la separación con los padres en el momento de irse a dormir. El momento de irnos a la cama e intentar dormir es el momento del día en el que nos encontramos solos y conectados a nosotros mismos sin el vaivén de la rutina y para los niños puede ser muy angustioso. Es importante en estos casos hacer una separación progresiva, es decir, ir a la habitación con él y mientras está en la cama quedarnos un rato con él y explicarle que vamos a hacer algo concreto (por ejemplo, recoger algo del salón) y volvemos, y que poco a poco esos ratos en los que no estemos presentes sean cada vez más largos. Por otro lado, es bueno que hagamos con el niño una serie de rituales que le den sensación de seguridad. Por ejemplo, cantarle todos los días una canción mientras está en la cama, que duerma con un peluche, leer un cuento corto, etc. E intentar que la duración de estos rituales sea lo más corta posible para no alargar el rato de angustia del niño.
Lo más importante en estos casos es que cuando el niño se despierte y se encuentre en ese estado de activación emocional, podamos calmarlo y darle sensación de protección, para que el niño interiorice que, aunque se asuste, sus figuras de seguridad van a poder regularle y protegerle. Esto hará que poco a poco su estado de activación a la hora de irse a dormir sea menor, y que además de despertarse con menor frecuencia, se regule emocionalmente con mayor facilidad.
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