Esta duda le ha surgido a gran parte de la sociedad en esta época de crisis. Es importante destacar que no tienen necesariamente que ser niños/as como muchas personas creen, sino que cualquier persona con autismo sin importar su edad, tiene derecho a salir a la calle durante un periodo de tiempo. ¿Por qué ellos si pueden salir?

Para empezar a entender esto primero empezaremos recordando en qué consiste el trastorno del espectro autista. El trastorno del espectro autista es un trastorno de origen neurobiológico que afecta al sistema nervioso central y produce alteraciones en el desarrollo. Estas alteraciones aparecen desde la infancia y afectan a la comunicación verbal y no verbal, a la interacción social y a la flexibilidad cognitiva y conductual. Como bien indica esta definición, este trastorno afecta al sistema nervioso central produciendo en la mayoría de sus casos un desorden de la integración sensorial. Es decir, que las señales sensoriales que recibe su cuerpo no se gestionan bien desde su sistema nervioso central y por eso vemos que a veces presentan conductas desadaptadas al medio, como taparse los oídos, realizar movimientos estereotipados, balanceos, etc. Esto lo hacen con la intención de tranquilizarse y regular sensorialmente esos estímulos que su sistema nervioso no ha logrado integrar correctamente.

En la definición de este trastorno, también se hace mención a la rigidez o inflexibilidad conductual y cognitiva, y es por esto por lo que las personas con este trastorno necesitan hacer uso de rutinas. Es cierto que las rutinas nos ayudan a todas las personas a organizarnos y llevar una vida más estructurada y predecible. Pero ¿por qué es tan importante una rutina en las personas con autismo? Como ya se ha mencionado antes, son personas muy rígidas cognitivamente, por lo que establecer rutinas les permite predecir qué va a pasar antes y después y por lo tanto esto les da mayor seguridad. Imaginad un entorno en el que sensorialmente vuestro sistema nervioso no puede discriminar qué estímulos son importantes para qué momento, y por tanto entran todos de golpe sin criterio. Ahora imaginad si además de este embotamiento sensorial, y sabiendo que lo único que os da seguridad es conocer qué vas a hacer cada día, con quién y dónde, os lo modifican también de manera repentina y por ordenes estatales. ¿Imagináis ahora la complejidad y la dificultad que estas personas pueden tener en esta época de confinamiento?

Tras el estado de alarma dictado el día 14 de marzo de 2020 en España, los padres de niños/as con autismo han tenido que adaptarse a esta situación haciendo “mini-rutinas” a sus hijos para que les afecte lo menor posible, haciendo agendas con pictogramas para ayudarles a comprenderlo con el apoyo visual… Pero, aun así, este periodo puede resultar incomprensible para muchos de ellos y llegar a presentar conductas autolesivas como modo de intentar regularse sensorialmente y calmar su ansiedad. Por ello, el Gobierno de nuestro país, tras muchas peticiones de asociaciones y familias afectadas, decretó una medida excepcional (Real Decreto 463/ 2020) para los colectivos más vulnerables donde incluye que, “habilitan a personas con discapacidad que tengan alteraciones conductuales como, por ejemplo, personas con diagnóstico de espectro autista y conductas disruptivas a circular por las vías de uso público, siempre y cuando se respeten las medidas necesarias para evitar el contagio”. Gracias a este apartado en el decreto ley, muchas familias y personas con este trastorno pueden sobrellevar de mejor manera este periodo de confinamiento, pues salir a la calle les ayuda a retomar ese espacio de seguridad, de rutina y de desfogue conductual para que ellos mismos puedan autorregularse y no aumente así su nivel de ansiedad.

A pesar de esto, han acontecido algunos episodios bastante alarmantes durante este periodo, y es que algunas familias han mostrado gran malestar al salir con sus hijos/as con autismo a la calle por presenciar reacciones negativas de sus vecinos que les calificaban de irresponsables. Estos episodios claramente ponen de manifiesto la necesidad de concienciar a la sociedad sobre este trastorno y en general sobre la salud mental. Nos encontramos una parte de la sociedad estigmatizadora donde nos hacemos guardianes de nuestro territorio acusando y atacando a las personas sin conocer su situación ni sus necesidades y haciendo que estas familias busquen a modo de defensa, identificarse de alguna manera para no recibir estos ataques. ¿Es realmente necesario que estas familias tengan que atarse una banda azul en el brazo para poder salir a la calle? ¿es esto una manera ética de tranquilizar a una pequeña parte de la población guardiana e insolidaria mientras otros son etiquetados y estigmatizados?

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