Estamos tan acostumbrados a correr para todo, a tener tan alto nivel de agobio, que nuestro cuerpo se ha habituado a segregar niveles elevados de cortisol (hormona del estrés). Por esto, incluso cuando tenemos días libres acabamos buscando esos “agobios” en las pequeñas cosas, pues nuestro cuerpo ya se ha familiarizado a convivir con estas hormonas tan estresantes que nos ayudan a agilizar en momentos de emergencia o peligro. Pero, y ahora ¿qué emergencia hay? ¿son estas situaciones realmente estresantes para vivirlas de esa manera? Y es que, igual que nuestro sistema nervioso ha automatizado la segregación hormonas como el cortisol en momentos que al analizarlos detenidamente no son amenazantes, hay que acostumbrarle también a dejar de hacerlo. ¿Cómo? [LEER MÁS].